lunes, 7 de abril de 2014

Ser



Soy un ser de agua y del agua,
mi vida es flotar en este infinito,
hacerme fuerte de mi madre
mientras espero que el cielo se abra,
y como el tiempo, fluya el agua.

Soy un cavernícola y gran artista,
con tintes naturales hago pinturas,
y aunque no hablo me comunico
mi cuerpo da su mensaje vibrando,
mi mensaje lo dejo en las paredes.

Soy distinto y soy también como tu,
una creación nueva pero de serie.
Solo mis ojos, que no ven,
se hacen característica propia en mi
cuando me acercan a lo esencial.

Soy como un antiguo cofre de oro
y también como una bolsa de basura,
tu futuro guardaespaldas
y potencial chacal asesino;
Cuando me veas no podrás escapar.

Pues soy posesivo y lo seré aún más;
quiero mucho y lo quiero pronto,
quiero mucho y como yo lo quiero.
Mírame como a un tequila puro,
déjame o tómame pero de un trago.

Siento tantas cosas por ti
que a veces me confundo,
tengo tantas ganas de verte
como tantas ganas de correr,
que por eso aún no salgo.

Pero saldré.
Solo para mostrarte que existo,
que aunque no sea nada puedo serlo todo.
Solo necesito que muevas tus pestañas.
y me dejes ser.

Verdadera madre



Se dice que uno busca siempre volver a la madre,
romper la línea de tiempo y morir en ella, antes que ella.
Lo mismo se dice del hogar primero, del hogar maternal;
Lugar de muchas exploraciones… y descubrimientos.

Hijo biológico de doña Miguela y don Miguel, artistas,
me dije siempre hijo espiritual de la tierra y el tiempo,
pero repentinamente, y tras hartas lunas llenas juntas,
la intermitente oscuridad hace flaquear mis creencias.

Golpeado, sin rendirme y sin entender la miro entonces
como buscando las respuestas de mi alma en sus ojos.
Como Hércules a Anteo, me levantan y pierdo la conexión;
Algo me separa de la tierra, de la Pacha Mama y me asfixia.

Enloquecido, pataleo, esquivo al viento y golpeo al aire,
digo que no puedo soportar esto … y pienso en la muerte.
No entiendo a quién pertenezco; Ya no soy ni de mí mismo,
no controlo mi cuerpo y mi mente es, perdida, un abismo.

Pienso en un útero, y se mezclan mis versos de la vida y la muerte,
quiero que me bajen, quiero volver a ella, la tierra, madre y poesía.
Pero no me bajan, estoy sujeto alto en el aire y cada vez más fuerte,
entonces, el dolor empieza a hacerse placer y la resistencia entrega…

Cierro los ojos y entiendo que la tierra es un vientre de alquiler,
que aunque me larguen a ese vacío oscuro de dos metros cúbicos,
no es a ella a quien vuelvo, a quien añoro, sino que a la muerte,
mi verdadera madre, que me besa y me guarda, eternamente…