miércoles, 25 de noviembre de 2015

Poema cotidiano


Miro por la ventana el horizonte
que sin prisa va haciéndose más claro,
me gusta la madrugada y su fresco.

Las luces de lejos no son iguales,
sus colores y formas son también música
que pasa veloz quedándose en el aire.

En parte, la gente no ha vencido al sueño,
está vestida para el día pero sigue ausente
y en parte, el sueño no acepta a ciertos despiertos.

A esa hora, ella ya está librando un combate,
y cuando le da fin, recoge su pelo a un lado
y me muestra su rostro regalándome una sonrisa.

Y me siento amanecido, me siento agradecido,
porque ella sonríe y vale todo...
La hora y 15 que estamos en el colectivo no la siento.

Formas...


Una con forma de nota musical,
otra con forma de clave de sol,
una que representa un silencio
y otra que aparenta una clave de luna.

Una que es una máscara sonriendo
y otra que la complementa trsite
una como faro y otra como laberinto…

Una forma infinita que gira,
y una llave para un punto final.
Las piezas de tu rompecabezas
son mágicas e irrepetibles,

y de ellas una aún me falta,
gusto de perderme queriendo encontrarla
y entre tanto el juego se hace eterno…

jueves, 5 de noviembre de 2015

Uno de 2007, para quien no se olvida


no recuerdo la muerte
aunque hemos hablado de ella con amigos
aunque alguna vez me ofreció su mano

mucho se ha dicho sobre ella

león dice que es reseca
silvio, que al cabo se ha vuelto su hermana
otros que esto y otros que aquello…

yo, simplemente, como heredia
quiero elegir el día para ella
y pido, lo mismo que sandro
que no me lloren cuando me vaya a la eternidad

papá siempre pide que cuando muera
nos encarguemos de que tío Vicente esté presente
para contar chistes

a mamá la muerte no le preocupa
pero siempre quiere que cuando le toque
estemos preparados para cuidarnos entre nosotros

yo quiero que al final de mi camino
cuando ya ni pueda tallar por los perros
ellos recuerden que yo hacía eso

quiero mi muerte como la de aquel
bromista de las mil y una noches
quiero mi funeral como lo tuvo vysokolán
alegre, con color,
no quiero que lloren mi muerte,
quiero (si valió la pena) que celebren mi vida,
los quiero de blanco
con fuerzas para continuar sus caminos

no recuerdo mi muerte
pero no me extrañen con tristeza
recuérdenme con alegría
como ustedes mismos son
con color
con magia

uno muere solo cuando se lo olvida