Casi siempre
en la mente tengo,
hermosos,
dos poemas, claros.
Son curativos,
llenos de luz
y de misterios,
como las galaxias.
Pero la mente,
más de una vez,
inquieta como es,
te ve guiñándome.
Entonces,
por un momento,
me queda solo
un poema, infinito.