Nada, la verdad.
Mientras me saboteaba no pasó nada.
Luego,
todo, la verdad.
La muerte se anuncia,
a veces cuando duermes... y sientes que afila su guadaña al lado tuyo,
sintiendo en la nuca el frío del metal que ha de buscarla...
a veces cuando estás despierto... y ves que se anuda el pelo sonriente,
sintiendo en el estómago los pedazos en que has de explotar...
La muerte se anuncia,
o no.
Personalmente, siempre estoy listo para recibirla.