jueves, 28 de septiembre de 2017

Emoción

Verte llegar,
sigilosa como una felina,
disfrutar cuando
te sientas en el borde de la cama
y subes ambas piernas a la vez,
cuando serpenteas
buscando tu posición,
de maja o de diosa,
nunca lo distingo distraido
en el aroma de tu cuello húmedo.

Imitarte,
intentarlo al menos,
los movimientos felinos,
los serpenteos hipnóticos.
Arrimarme,
compartir mi calor
con la frescura de tu cuerpo.

Cegarme
para que nada me distraiga
de tu tacto,
de tu piel que tomo
con firmeza con una mano
mientras la otra
busca un beso de tu boca.

Darte un beso,
abrazarte,
pero abrazarte con el alma
y dormir en las nubes,
sabiendo que el sueño
continuará
cuando abramos los ojos.

Tropiezo

Tropecé de forma perfecta,
como hay que hacerlo todo.
10 puntos sobresalientes,
en la categoría profesional.

Las rodillas y manos
me atajaron
para no saludar al piso
como lo hacía Juan Pablo II.

Las manos solo recibieron tierra
y las sacudí por mis cuartos,
una rodilla, un corte
que pronto se pintó de rojo.

El corte no dolió
pero me desesperé
y presioné donde sangraba,
pues no quería que salieras.

Tú que eres mi sangre,
te pido que te quedes,
que corras dentro,
que me mantengas vivo.