Caminaba pensando
en qué cosas debería mejorar
para no quedarme seco,
sin plata.
Iba mirando el suelo
queriendo encontrar un aro
una cadenilla o pulsera,
de plata.
Fui así varias cuadras
hasta que levanté la cabeza,
y entonces llegó la fortuna,
la plata.
Perfectamente circular,
un medallón antiguo
derramó desde el cielo su luz,
de plata...
Caminando recordé
cuáles son las cosas valiosas,
las verdaderas cosas valiosas,
y sonreí...
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