Mis ojos se fijaron en sus ojos
joyas de verde jade
o reflejos del mar,
puentes mágicos al cosmos.
Y sus ojos traían otros ojos
negros como frutos
del nativo yvapuru,
alimento y poha de mi alma.
Y me ha dado otros ojos más
claros como el cielo
e infinitos como ciertas noches,
ojos, ojitos... ojos de cielo.
El tiempo vuela
y aún sorprende que este amor,
como llegó, crece,
con cada abrir y cerrar de ojos.
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