lunes, 7 de abril de 2014

Verdadera madre



Se dice que uno busca siempre volver a la madre,
romper la línea de tiempo y morir en ella, antes que ella.
Lo mismo se dice del hogar primero, del hogar maternal;
Lugar de muchas exploraciones… y descubrimientos.

Hijo biológico de doña Miguela y don Miguel, artistas,
me dije siempre hijo espiritual de la tierra y el tiempo,
pero repentinamente, y tras hartas lunas llenas juntas,
la intermitente oscuridad hace flaquear mis creencias.

Golpeado, sin rendirme y sin entender la miro entonces
como buscando las respuestas de mi alma en sus ojos.
Como Hércules a Anteo, me levantan y pierdo la conexión;
Algo me separa de la tierra, de la Pacha Mama y me asfixia.

Enloquecido, pataleo, esquivo al viento y golpeo al aire,
digo que no puedo soportar esto … y pienso en la muerte.
No entiendo a quién pertenezco; Ya no soy ni de mí mismo,
no controlo mi cuerpo y mi mente es, perdida, un abismo.

Pienso en un útero, y se mezclan mis versos de la vida y la muerte,
quiero que me bajen, quiero volver a ella, la tierra, madre y poesía.
Pero no me bajan, estoy sujeto alto en el aire y cada vez más fuerte,
entonces, el dolor empieza a hacerse placer y la resistencia entrega…

Cierro los ojos y entiendo que la tierra es un vientre de alquiler,
que aunque me larguen a ese vacío oscuro de dos metros cúbicos,
no es a ella a quien vuelvo, a quien añoro, sino que a la muerte,
mi verdadera madre, que me besa y me guarda, eternamente…

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