Suspenso de película,
amenaza de lluvia,
el cielo se divierte
probándose como vestidos
las nubes,
ora blancas, ora grises...
Y en ese juego
se le van las horas,
los algodones del cielo
se van desvaneciendo,
el sol se apaga
y se encienden las estrellas.
Entonces,
desde lo profundo de las entrañas
sale el grito incontenible
en nuestro infinito privado...
hemos dado vida a una
nueva vía láctea
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