Un virus no invitado,
polizonte en más de un barco.
Cuarentena como propuesta
de cuidado compartido, aquí.
Miedo, quizás no,
ansiedad, si, por la prensa,
voraz de morbo y mentiras,
hambrienta de roja sangre.
La invitación impuesta
fue “quédate en casa”,
para los que sí podíamos,
y para quienes no podían.
Y ahí, siempre ella.
Desempolvamos el Decamerón,
que releímos con
nuevos ojos, sintiéndolo un poco.
Como aquellos allá, fuimos
sucesivamente reina y rey,
pero manteniendo solo una consigna:
vencer miedo y ansiedad con un grito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario