Viaje de trabajo, esta vez es ella
una semana por el norte.
Aunque anoche desempolvamos
el recurso de hablar horas,
me faltan sus ojos y respirarnos
muy, muy profundamente.
Mi gran hermano me bromeó que
le envié una encomienda.
Cuando pregunté a qué se refería
-novedosamente poético-
"los pedazos de tu corazón roto"
respondió y empezó a reír.
Qué payaso este Martín, pensé.
(Las empresas no aceptaron)
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