Kamikazes, uniformadas de poema,
ayer las palabras despegaron
raudas, cargadas y sin freno.
Yo les grité en vano:
"no vayan", pues no me obedecieron.
Ayer, ellas se hicieron eternas en ella.
ayer las palabras despegaron
raudas, cargadas y sin freno.
Yo les grité en vano:
"no vayan", pues no me obedecieron.
Ayer, ellas se hicieron eternas en ella.
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