Por el tiempo compartido,
por tantas jarras de tereré filosófico,
por tantos guiños y roces
y hasta por aquella canción a dúo que ensayamos...
Creí que eras sincera y que me querías a mí.
Si coincidimos nuevamente una tarde calurosa,
te juro, muerte querida,
que echaré cianuro en el tereré que te invite...
Caaguazú, aproximadamente. Diciembre 2015.
No hay comentarios:
Publicar un comentario