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martes, 24 de abril de 2018

Microcuentos

III

La pasión los tentó. Jóvenes, aceptaron. Él, universitario. Ella, campesina. Decidieron  convivir.

Pero con el tiempo se dieron cuenta de que el día a día es otra cosa. Discutían. La culpó de no avanzar.

Tardó en entender que las ruedas de una carreta giran mejor que las ideas cuadradas.

IV

El tereré se extendió mucho, y la ronda se fue achicando, hasta que sólo quedaron en ella dos personas.

El notó que le miraba la mano en cada cebada, entonces le dijo "sé lo que quieres". Ella se sonrojó, y sintió algo como un orgasmo al verlo renovar la yerba.

martes, 27 de diciembre de 2016

Bombas de Navidad

Señalaron la alegría
por el nacimiento de un niño,
que nació en donde ahora
las bombas roban la alegría
con el asesinato de niños.

Sé que las de acá
no son las mismas bombas
que las de allá.
Lo que me cuesta es que acá
no se piensa en aquellas bombas.


martes, 10 de mayo de 2016

Juego de cocina

El domingo, ya cerca del mediodía, nos visitó mi sobrina Xio. Hermosa, inquieta y terrible huracancita. Almorzamos todas juntas en casa de mi suegra, y apenas terminaron, Xio y la pinshe se nos adelantaron y salieron para jugar juntas.

Luego de ayudar con la limpieza de los cubiertos, salimos con Kary para ver cómo estaban las primas y las encontramos con un jueguito de cocina, en el que preparaban un caldo con agua y una variedad de hojas que recogieron de todo el patio.

De las veces que pregunté “¿Cuando termines me invitarás tu comida?”, la tercera fue la gota que colmó el vaso. Enérgica, Xio me respondió: “Nosotras no estamos cocinando, esta ko es la receta de una medicina con plantas ¡Somos dos científicas!”

Que idiota me sentí: Usé estereotipos de género. Con 4 años ¡La pulgui me cerró la boca!



Dentro de la literatura y teoría feminista, los estereotipos de género representan el conjunto de características asociadas a una determinada forma de ser, estereotipo o ideal de los comportamientos masculino y femenino. Decir por ejemplo que la mujer debe ser dulce y delicada, y que el hombre puede ser grosero y fuerte.

La mayoría de estas “representaciones” derivan del patriarcado y son de corte machista. El machismo es el conjunto de leyes, normas y actitudes que, de forma explícita o implícita tienen el objetivo de producir, mantener y perpetuar la opresión de las mujeres por parte de los hombres. Esta opresión se da en varios niveles: laboral, afectivo y sexual.

A este modelo socio cultural se han opuesto, a lo largo del tiempo, mujeres y ciertos hombres. Con el paso del tiempo, cada vez más personas lo han cuestionado, con mayor proporción de mujeres. Con el avance del conocimiento y el de los derechos humanos, muchos hombres (y al decir hombres me refiero a los varones, sin incluir a las mujeres), se dieron cuenta de que el machismo no es la mejor opción, y se oponen a él, lo abandonan.

La tarea, sin embargo, no es sencilla. Sucede que en el cotidiano hay prácticas sutiles, tan sutiles que pueden pasar desapercibidos, pero que reflejan y perpetúan las actitudes machistas y, principalmente, la desigualdad de las mujeres y los hombres. Estas prácticas, además, son legitimadas por la sociedad, a diferencia de otras formas de violencia más evidentes que no pueden dejar de denunciarse. Son los micromachismos. Hay bastante producción sobre el tema, aquí solo quiero hacer un resumen.

Son muestras de micromachismo una publicidad que diga “Autónoma, fuerte y bella. Podrías ser tú o…una aspiradora”, o “Bella e inteligente, lo que buscabas” en la promoción de una notebook. ¿Notas por qué? Las ideas se nos exponen magistralmente sutiles. Otro ejemplo es ver a dos niñas con un juego de cocina y suponer que en su mente están preparando un soyo, y no descubriendo una nueva medicina, porque el estereotipo que nos enseñan es que las mujeres son para la cocina y no para la ciencia. Micromachismo en acción!

Si alguien que se considera feminista muestra micromachismo, imagínense con qué facilidad lo harán las personas que no reflexionan sobre el tema. Aún queda camino por andar en la cuestión de conseguir la igualdad, lo importante es saber a dónde se quiere llegar.

martes, 26 de abril de 2016

Macho alfa

a veces aflora de mi pecho el macho
y le prometo calor y placer infinito,
tener mi boca lista para reanimarla
luego de dejarla -y dejarla- sin aire,

ella se vuele pudorosa, se sonroja
y se cubre el pecho con una mano,
luego achina los ojos, me sonríe
y se muerde lentamente los labios,

luego de eso inicia un avance gatuno
y yo -sin opción- estallo por cada poro
mil poemas que no puedo escribir,
porque a mi lápiz se le rompe la punta

jueves, 15 de agosto de 2013

Contradicciones / Laberinto



Contradicciones del "amor"

En mi segundo embarazo,
con 28 años veía cada vez más lejos mi oportunidad de ir a Grecia.
Si no me despedían por engordar y perder mi buena presencia
sería enviada al frízer durante mi permiso maternal, si lo recibía.

A quien fuera mi tierno compañero
se le fue achicando el alma mientras a mí se me agrandaba la panza;
Mientras la vida en mí crecía él sentía que moría.
Después de mucho fui atacada, acribillada con insultos.

Me acusaron de mentirosa y no a la T de cobre,
mi involuntario llanto inspiró un “perra manipuladora”,
el tiempo de reposo dio recursos fáciles como haragana y otros.
Pienso que mi crío, desde su infinito mar me salvó de un golpe.

Cuando llegó el momento fui al hospital sola,
pues a mi aburrido consorte se le ocurrió hacer algo divertido
por primera vez en su vida y fue a pescar pensando que
yo no alumbraría sino hasta dos días después.

Debo decir que cuando vino, el bebé amortiguó la situación.
Ya no me decía frígida pero se masturbaba viéndome amamantar,
yo me sentía humillada, disminuida y fea.
Cómo cambió tanto… o es que solo se mostró como era en verdad…


Laberinto

El amor eterno me duró cerca de 3 años.
El bosque de mil colores repleto de caminos
se convirtió en una gris ciudad llena de murallas,
la vida se hizo un laberinto oscuro como el mar de mis añoranzas.

Mi matrimonio se volvió una empresa
donde las cosas marchaban de acuerdo a la eficiencia del personal:
Levantarse besarse cogerse gritarse disculparse y dormir
para al día siguiente nuevamente repetir el cruel ciclo.

Cuando mi bebé me lo permitía viajaba a Grecia.
Como en mi niñez, los libros me llevaban a donde mis pies no lo harían.
Pensaba cómo puede el cielo oscurecerse tan pronto,
ni siquiera disfrutaba del sexo, con el que antes bautizamos todos los rincones.

Había  una tensión cada vez mayor,
no tenía donde ir y pensé en esconder el rabo y volver a mi San Isidro natal.
Se lo dije y discutimos sin que esta vez haya acuerdo,
entonces pasó de las palabras a las acciones y me golpeó brutalmente.

La mafia se alió al salvaje y preferí salir de la casa.
Mientras terminaba el bolso él llego de su trabajo antes con la citación en la mano:
Me golpeó de nuevo y me violó en la sala mientras el bebé lloraba.
Cosa increíble, los vecinos me salvaron con una llamada. Yo hubiese preferido morir.


Dos poemas de la serie "encuentros y desencuentros" (junio del 2013) referidos a los diversos tipos de violencia que sufren las mujeres por ideas acerca de los roles de género. 
 

Ser niña / Des-humanizadas



Ser niña

A los cinco años fui secuestrada
y torturada sistemáticamente,
vivía resistiendo el lavado de cerebro hasta las 11,
cuando cada día me rescataba mi madre.

El campo de concentración del “pre-escolar”
no era muy distinto al de los antiguos alemanes.
Allí nos juntaban a todas las “de raza inferior”
y nos moldeaban como a la plastilina que nos daban

El proceso de socialización no era discreto:
Era abierto y descarado.
Y no me equivoco en las palabras, era un proceso,
como la producción en una fábrica.

Me enseñaron a sentarme y sentirme como niña:
A escandalizarme y a llorar ante cualquier riña.
Me enseñaron a coser, bordar y a abrir la puerta
para ir a jugar, pero nunca cruzar por ella.

Me enseñaron sin decirlo que “el pito” sobresale.
Y entendí que la sociedad quiere y espera cosas distintas
para los niños y las niñas.
Lo que las niñas sentíamos o queríamos no importó nunca.


Des-humanizadas

Recién recibida de mayor de edad,
no dudé en preguntar cómo hacer una denuncia
porque me habían quitado lo primero que era mío.
Lo primero que era verdaderamente mío, mi crio.

Me sentí una verdadera sobreviviente.
Sobreviviente de mi propia vida, de una caída y
de las miradas sentenciosas de las mujeres en el hospital,
mujeres que me atendieron como si fuera yo el demonio.

Sacaron a la criatura de mí con profesionalismo práctico
pero sin nada de profesionalismo ni tacto emocional.
Para ellas era una basura por llegar así, una promiscua, una puta.
De todos modos el formulario me hubiese provocado un aborto.

En la comisaría no fue distinto,
“Acusar a tan conocido y noble señor”
pisar siquiera ese recinto público con mentiras
era meritorio de la cárcel “para una hija malagradecida”.

La justicia no llegó para mí ni para mi hijo,
la injusticia llegó de todas las instituciones.
Me pregunto qué hubiera pasado de tener un pene.
Luego de eso tomé mi primera cerveza, y un puñado de pastillas.


Dos poemas de la serie "encuentros y desencuentros" (junio del 2013) referidos a los diversos tipos de violencia que sufren las mujeres por ideas acerca de los roles de género.