sábado, 4 de mayo de 2013

Media noche (2005)



Brujas?
No, no hay hechizos ni embrujos.
Hadas?
No, no son tan tiernas.
Duendes?
No, todos duermen a esas horas.
No sé qué serán,
Pero surgen siempre
Que hemos discutido,
Siempre que vamos bien.
Despiertan y me buscan
Antes de medianoche.
Salen de a una,
Besan primero mi pecho
Y lo aceleran,
Estrechan mi garganta
Y suben hasta mi boca,
La besan en
rápidos piqueteos que
no me permiten hablar
y me obligan a cerrar los ojos.
Donde me encuentre,
Generalmente en mis sueños,
Me sujetan.
Se deslizan y acarician mis
Brazos hasta llegar a mis manos,
Que hacen suyas y guían,
Guían en el movimiento
Que las va dibujando,
Que las construye.
Sí, esas que no son brujas,
Hadas ni duendes controlan
Mis manos,
Pero solo hasta la media noche,
En ese momento se quiebran
Mis ojos,
Las lágrimas las lastiman
Y sueltan mis manos,
Las cuales, libres,
Se convierten en sus verdugas.
Y así,
Como todas las noches,
Nacen y mueren,
para ti,
mis cartas de medianoche.

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